Ahà en medio del jardÃn de la Universidad cerca del
dormitorio de chicas, ella admiraba las estrellas, contemplando su constelación
favorita "Orión" y absorta por el brillo de su estrella predilecta "Bellatrix". Ella estaba tan concentrada que no notó que alguien se
acercaba.
— Las estrellas son tan interesantes que mantienen tanto
tiempo tu concentración y atraen demasiado tu atención ¿por qué? — dijo la
nueva compañÃa que ella no esperaba.
Un pequeño brinco y una mirada hacia quien habÃa
interrumpido su observación a las estrellas, fue suficiente para saber que la
presencia de la recién llegada no era bien recibida, pues después de la mirada
sólo hubo un profundo silencio, cómo si jamás la hubieran interrumpido y su
atención regresó a las hermosas estrellas.
— ¡Vaya! Y yo que creà que querÃas compañÃa — dijo. — ¿Ni
siquiera me dirás “hola”? Eso serÃa descortés —
Nuestra admiradora de las estrellas la miró de nuevo para
finalmente responder.
— Hola —
Después del saludo su mirada habÃa sido devuelta
a las estrellas.
Una risa casi silenciosa y agradable se escuchó mientras
nuestra admiradora no perdÃa la concentración.
— Puedo percibir que no estás 100% aquà conmigo, pero
está bien, eres bonita concentrada y viendo las estrellas —
Tras sus palabras la sonrisa en sus labios era evidente,
pero solo una mirada de reojo recibió, más nuestra admiradora no tenÃa
intenciones de guardar sus pensamientos.
— Estoy aquÃ, puedo escucharte, y…— utilizando sus codos
para levantarse un poco, la miró — ¿Quién eres? ¿Por qué me llamas bonita y
quién te autorizó para sentarte a mà lado? — la mirada ahora concentrada en la
chica que estaba a su lado mirándola con una sonrisa.
— ¡Oh! Por fin tengo tu atención — mostró una sonrisa
dulce y pÃcara — Yo, soy Nadie, y aún asà una gran admiradora de tu
belleza. Te he estado observando por un tiempo —.
Ahora con el ceño fruncido y levantando una ceja la
amante de las estrellas decidió expresar su disgusto.
— ¿Asà qué me has estado acosando y pensaste que este era
el momento oportuno para hablarme? DirÃa que es un placer conocerte, pero
interrumpes mi concentración y admiración a las estrellas, admites haberme
observado “por un tiempo” y además dices llamarte Nadie, no es un gran progreso
para ser honesta, pero si vas a ser nadie yo seré Quién —
La risa de Nadie se hizo escuchar casi como una
carcajada.
— Lo siento Quién, pero soy honesta, esperaba poder
hablarte en clases, pero siempre estás muy concentrada en tu propio mundo e
imaginación, que nunca me atrevà a hablarte —.
Quién estaba analizando todo lo dicho, pero sólo querÃa
volver a mirar las estrellas, asà que se recostó nuevamente y habló mientras las admiraba.
— Ya te recuerdo Nadie, te sientas atrás casi al final
del salón de la clase de FÃsica Cuántica —
Nadie sonrió ante las palabras de Quién.
— Asà que me has visto —
— Claro que lo he hecho, soy una observadora nata y no
pasas nada desapercibida cómo crees, muchos te miran, lo cual que me lleva a
preguntar ¿qué haces aquà queriendo conocerme? —
— Bueno tú no eres tan desaparecida como piensas, algunos
te miran, pero por tu aura misteriosa y tu rareza única hacen que muchos tengan
miedo de acercarse por temor a que los alejes
— sonrió mientras miraba directamente a Quién.
Quién se mantuvo en silencio por un tiempo sin apartar en
ningún momento la mirada de Bellatrix.
— Yo pensé que era porque soy rara y la gente no quiere
acercarse a mà —
Nadie, quien habÃa decidido mirar las estrellas durante
el silencio de Quién regresó su mirada a ella.
— Créeme que es una de las razones, pero no es como
piensas, eres única, no eres como el resto y eso hace que los demás se sientan
abrumados por llegar a decepcionarte —
Quién sonrió ante las palabras dichas por Nadie.
— Definitivamente lo hacen, pero alguien no — miró a
Nadie — Al parecer tú no quisiste ser como el resto y decidiste acercarte —.
Nadie se sonrojo ligeramente por las palabras de Quién.
— Bueno siempre quise hablarte, pero no encontraba qué
decir, hoy decidà dar un paseo antes de dormir y te encontré mirando las
estrellas, pensé que era una oportunidad para acercarme —
Quién tras las palabras de Nadie decidió compartir un
pensamiento que siempre tenÃa presente.
— A veces no es el momento, otras veces sà y a veces el
momento jamás se presenta, no por falta de oportunidades, sino por falta de
valor — decidió por fin devolver su atención a las estrellas y sonrió —
Mientras si tú asà lo quieres puedes admirar conmigo las estrellas —
Nadie hizo caso y se recostó a una distancia prudente de
Quién.
— Me llamo Natalie — sonrió y miró de reojo a Quién.
— Yo soy Emma —sonrió.
Y la noche continuó con Emma hablando de constelaciones y estrellas a Natalie, quien con gran
atención apreció toda la información.
