No muchas personas admiten ser vulnerables, 

la razón de esto es simple, pero

¿por qué se necesita el control?

Cómo futura psicóloga, como una persona crítica y como mujer autista, 

entiendo perfectamente la vulnerabilidad y la necesidad de control.

Primero quiero aclarar que no es fácil admitir que eres vulnerable, 

el hecho de admitir la vulnerabilidad significa muchas cosas.

Significa admitir que eres sensible, admitir que te pueden hacer daño,

admitir que no puedes controlar los acontecimientos y situaciones que te rodean, 

mismas que te causan ansiedad y daño emocional. 

El no saber que piensan los demás,

 el que los demás no puedan ver lo que tu sí,

que los demás no puedan percibir como tu, es frustrante. 

Quizá no podamos controlar lo que nos rodea, 

pero podemos controlar nuestras acciones, pensamientos y decisiones. 

Quizá no sea mucho, pero con el tiempo serás consciente de que es demasiado, 

y aún así es difícil mantener el control sobre uno mismo y lo hacemos. 

Las personas que nos rodean constantemente hacen cosas que nos disgustan,

o no hacen aquellas que queremos que realicen,

y en esos momentos nuestro propio control es puesto a prueba, 

ya que no podemos controlar las acciones de otros,

 pero aún así queremos hacerlo. 

Se vuelve aterrador al no tener el control, 

se siente que pierdes el control sobre ti,

 como si lo que hicieran los demás es lo que haces 

y tu no quieres hacerlo, 

ahí es cuando nuestro control es puesto a prueba. 

Se tiene que recordar que podemos controlar sólo lo hacemos, pensamos y nuestras decisiones, 

no eres los demás, eres tu, solo tu, pero ser tu incluso es difícil, 

escuchas las mil opiniones tuyas sobre una misma cosa, 

discutes contigo y no hay un acuerdo, comienza la divagaciones y te has perdido, 

comienza la ansiedad y el miedo, cuidado estas a nada de hacer algo impulsivo. 

Control, control y control es lo que repites, 

tienes que encontrar algo que te distraiga 

y así volver a ser tu bajo control de ti mismo.